La Policía de Investigaciones (PDI) incautó 1.125 kilos de leche en polvo, la que era comercializada en envases plásticos bajo el nombre de conocida marca multinacional de alimentos.
El producto originalmente era de la marca Conaprole pero luego de ser dosificada y envasada era comercializada con etiquetado de la marca Nido de Nestlé.
La PDI logró establecer el producto a granel había sido robado previo a su comercialización minorista en ferias libres bajo e falso rótulo, razón por la cual se detuvo a un ciudadano chileno de 54 años de edad.
"En virtud de una denuncia interpuesta por representantes de la compañía Suiza de alimentos se logró dar con la ubicación de un domicilio donde se estaba almacenando y comercializando leche en polvo, al parecer falsificada", dijo el prefecto Cristián Ramírez, jefe de la Brigada Investigadora de Delitos de Propiedad Intelectual de la PDI.
La diligencia permitió establecer que “en el antejardín del domicilio allanado se encontraban almacenados sacos de 25 kilos de leche en polvo, cuya rotulación informaba que su procedencia era uruguaya".
"En ese contexto, se procedió a la entrada y registro voluntario de dicho inmueble, logrando la incautación de 45 sacos, haciendo un total de más de una tonelada de leche en polvo, además de bolsas que estaban fraccionadas, listas para su comercialización y una balanza digital", agregó.
Ramírez explicó que tras la incautación se pudo determinar que los productos habían sido robados en abril desde el puerto de San Antonio.
"No fue un robo del camión, sino que se desviaron los productos y fueron llevados a diferentes organizaciones criminales que se dedicaron a la distribución de esta mercancía", explicó.
Se investiga cuál era el destino original de la leche descubierta en el puerto.
Entre tanto, el director del Sernac, Andrés Herrera, sostuvo que "se deben realizar peritajes para saber si efectivamente el contenido de lo que se está vendiendo es o no leche".
Respecto al origen del producto y la marca, expuso que "para ser responsable es materia de investigación. Esto hay que analizarlo con mucha responsabilidad... No queremos generalizar ni tampoco sentar un pánico respecto a esto".
"El Ministerio Público debe realizar su investigación para saber si este es un producto original o no", afirmó.
El prefecto Ramírez dijo también que "estos productos eran adquiridos en razón de $55 mil cada saco, los que eran ofrecidos posteriormente en redes sociales a razón de $80 mil".
Sobre si los comerciantes sabían que era un producto falsificado, Herrera respondió que "eso es materia de investigación. Sin embargo, de acuerdo a los antecedentes que tenemos, la mayoría de las personas, por no decir todas, dicen no haber sabido el origen de estos productos ni mucho menos que eran productos falsificados".