El español Rafael Nadal aseguró que se marcha de Roland Garros "en paz" consigo mismo, habiéndose demostrado que está "listo para más" que caer en primera ronda contra el alemán Alexander Zverev.
"No he tenido malas sensaciones. Me he demostrado que estoy listo para más de lo que he hecho, que ha sido caer en primera ronda", aseguró el español, que lamentó que el sorteo le cruzara de entrada contra "uno de los mejores del mundo".
Pesa a ello, afirmó que tuvo sus opciones en el partido y que sintió que por momentos hacía buen tenis, aunque insuficiente para batir a un rival de la talla de Zverev.
"Pero creo que he hecho un partido bueno, poniendo en perspectiva todo la forma en la que llegaba. Por momentos he jugado bien, bien de verdad. Otros momentos he cometido errores que se explican por la falta de rodaje. No se construye una casa en dos días", señaló.
"He podido jugar sin limitaciones, he jugado el partido, he luchado, he tenido opciones reales de poner el partido en la situación completamente diferente contra 1 de los mejores jugadores del mundo. Me voy satisfecho", afirmó.
Sobre su futuro, Nadal aseguró que se da de plazo hasta los Juegos de París para ver si está en condiciones de seguir: "Ahí haré un balance, veré cómo estoy a todos los niveles, de motivación, físico,... y tomaré una decisión".
"En un año pueden pasar muchas cosas, dependerá de si soy capaz de estabilizarme y disfrutar el día a día, cosa que ha sido imposible estos dos últimos años. La lógica me dice que será muy difícil llegar al año que viene. La realidad se verá con el paso de las semanas", comentó.
"Pero si es mi última vez en Roland Garros, me voy en paz conmigo mismo, he pasado 20 años aquí, lo he dado todo por este torneo. Mi sueño era volver, he perdido, pero eso forma parte del juego", dijo.
Nadal agradeció el apoyo del público, entre los que estaban los números 1 masculino y femenino, el serbio Novak Djokovic y la polaca Iga Swiatek, además de su compatriota Carlos Alcaraz.
"Es normal que estuvieran, podía ser mi último partido aquí. Es normal que se interesen por verme en este lugar donde tanta historia he acumulado. Eso significa que he dejado una herencia positiva", comentó.
El español consideró poco probable que vaya a disputar la temporada de tierra batida, porque "sería poco inteligente hacer la transición al césped para regresar después de nuevo a la tierra batida para los Juegos.
Sin querer dar un tono de nostalgia a sus palabras, Nadal repasó sus años en la capital francesa, aseguró sentirse "orgulloso" de lo que ha logrado, de su pelea contra las lesiones, pero señaló que por ahora no necesita un homenaje, porque quiere "centrarse en el tenis".
"No tengo el ego tan grande para necesitar un homenaje hoy", afirmó el español, que reiteró que si el año próximo no sigue jugando al tenis podrá viajar a la capital francesa para darse el baño de masas que esta edición le querían preparar los organizadores.
"No soy muy de mirar atrás, pero supongo que con el tiempo, cuando todo acabe, valoraré un poco más lo que ha pasado aquí", analizó Nadal, que reconoció haber atravesado "muchos momentos bajos, de no ver luz" y se felicitó por haber "mantenido la disciplina, aunque no siempre la ilusión" para superarlos.