Es popularmente conocido el dicho "Martes 13: no te cases ni te embarques", pero de dónde viene o cuál es su real significado no es del todo claro.
Además de ser considerado un día de mala suerte, se especifica que no hay que casarse ni embarcarse y esto tiene una razón de ser.
Todo comienza con el día martes, el que desde hace siglos es considerado un día de mala fortuna. Esto porque se asocia a un día de conflictos y peleas, ya que este lleva el nombre del dios romano de la Guerra.
A eso hay que sumarle que en la antigüedad el matrimonio no era un acto de amor como hoy en día, sino más bien una unión de intereses entre familias, por lo que si se casaban este día podía ser un mal augurio para los negocios.
Lo mismo ocurre con "embarcarse", debido a que en esa época los viajes en barco no se hacían por turismo, sino que para realizar acuerdos o transacciones. Entonces se creía que si se realizaban negocios en martes 13 el acuerdo acabaría mal.
Cabe destacar que otros historiadores se refieren a la palabra "embarcarse" como una referencia al sentido de tomar parte de un negocio arriesgado, tal como lo explica la RAE en su tercera acepción: "Hacer que alguien intervenga en una empresa difícil y arriesgada", y no como el acto de subirse a una embarcación.