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"Santiago en 100 Palabras" presenta diez cuentos breves para conmemorar un nuevo 8 de marzo

Las autoras seleccionadas provienen de La Cisterna, Peñalolén, Santiago, Quilicura, Maipú, Buin, Providencia, Melipilla, Huechuraba y Las Condes y tienen entre 15 y 67 años.

TVN

Miércoles 5 de marzo de 2025

Este próximo sábado 8 de marzo, mujeres y disidencias de todo el mundo tendrán una jornada para honrar el Día Internacional de la Mujer y sus luchas.

El concurso de cuentos breves que continúa con su versión XXIV y convocatoria abierta hasta el 30 de abril, seleccionó diez relatos escritos por mujeres de distintas edades y comunas de Santiago. 

Además, el viernes 7 de marzo se volverá a realizar un taller de escritura creativa “Mujeres escribiendo” junto al Museo Violeta Parra. Pueden participar todas todas las mujeres y/o disidencias inscribiéndose previamente.

Hoy, más que nunca, vuelve un 8M con fuerza. Este próximo sábado 8 de marzo, mujeres y disidencias levantarán su voz en calles, hogares, trabajos y todos los espacios para reivindicar su lucha histórica por la igualdad, la justicia y los derechos humanos. Es un día para visibilizar las desigualdades de género, exigir el fin de la violencia contra las mujeres y reivindicar su participación plena en todos los ámbitos de la sociedad. También es una fecha para honrar los logros alcanzados y recordar que aún hay mucho camino por recorrer hacia una verdadera equidad. 

En sintonía con esta importante fecha, el concurso de cuentos Santiago en 100 Palabras, presentado por Fundación Plagio y Escondida | BHP, revelará una selección de diez cuentos escritos por mujeres.

“Estos cuentos narran las experiencias cotidianas de mujeres enfrentando el peso de las expectativas sociales, el acoso, la búsqueda de libertad y la resiliencia en un mundo que constantemente las desafía. A través de escenas íntimas y reflexivas, revelan emociones, resistencias y pequeñas victorias en su vida diaria, con la ciudad como telón de fondo”, expresó Soledad Camponovo, coordinadora general de Fundación Plagio.

“Como Museo Violeta Parra, junto a Santiago en 100 Palabras, realizaremos la segunda versión del Taller de Escritura Creativa en conmemoración del 8M, un espacio valioso y necesario para poner en manifiesto nuestras memorias y experiencias a través de la escritura, en un entorno seguro y en comunidad”, indicó Denise Elphick, directora del Museo Violeta Parra.

El taller de escritura creativa se realizará el próximo viernes 7 de marzo a las 16:00 horas en el jardín del Museo Violeta Parra ubicado en Vicuña Mackenna 37, Santiago. En la actividad también se entregarán libros con los mejores relatos de la edición recién pasada del concurso. El taller es gratuito y solo hay que inscribirse previamente en este formulario.

Lee, reflexiona e inspírate con estas historias breves para el 8M:

La niña (Mención Honrosa)

La ciudad avanza, la pena se queda en la niña. La ciudad no sabe de la pena de la niña. La niña no recuerda el origen de su pena, se aleja de la ciudad, de sus habitantes. La mujer ve crecer a su hija y recuerda el origen de su pena, mira con desconfianza la ciudad en la que crece la hija. La mujer conversa con su pena, con la ciudad y baila con la hija. La hija no tiene penas. La ciudad progresa, quiere proteger a las niñas. 

Rosario Vial Valenzuela, 51 años, Peñalolén. 

Dueña de casa

Se levanta temprano y extrañamente no escucha a nadie. No oye a su hijo cuando le pregunta por el desayuno ni a su marido cuando le pregunta dónde están sus zapatos.

Sale a la calle sin saludar a la vecina y tampoco le responde al conserje que le pregunta por el niño. No contesta el teléfono cuando suena insistentemente. Toma una micro y se baja al final del recorrido. Luego camina cuesta arriba hasta la entrada del Panul y sigue caminando hacia arriba. Mientras sube la montaña decide que ese día todos se las pueden arreglar sin ella.

JC, 33 años, La Cisterna.

Clientes

A veces me toca caminar tarde por Portugal y está oscuro. Apuro el trote para llegar a Jofré. Si es un día malo está cerrado, si es un día bueno hay una familia llorando afuera de la funeraria o algo por el estilo. Intento pasar cerca para sentir seguridad, pero a veces me siento culpable o egoísta de querer que haya clientes que me den un respiro del miedo que me da caminar hacia el sur. 

Camila Núñez Escalona, 26 años, Santiago.

Mujer feliz

Una «mujer feliz» cada vez que sale siente satisfacción de sí misma. Una mujer entra al metro con la frente en alto. Una «mujer feliz» entra a la peluquería, arregla su cabello y lleva uñas coloridas. Una «mujer feliz» recibe a su familia con una sonrisa irreal de muñeca Barbie. Una «mujer feliz» siempre lo está, solo lo intenta por su familia. Pero cuando cae la noche ella llora en silencio, dejando de fingir. Una «mujer feliz» trata de descansar por las noches para que al otro día pueda ser una «mujer feliz» de nuevo. 

Martina Gutiérrez Baeza, 16 años, Buin.

Aprendí a 

ver en el reflejo de los autos a la persona de atrás para ver si me sigue, caminar sin audífonos para escuchar los pasos, memorizar rápidamente las patentes de los autos,

dejarme crecer las uñas como garras, ponerme las llaves entre los dedos. Aprendí a avisarle a mi amiga que, por suerte, ya llegué.

Martina Olmedo Soto, 15 años, Quilicura.

La señora del aseo

Había viajado a cuidar a mi madre. Ya de vuelta caminé por Argomedo arrastrando la maleta. Toqué el timbre. Mi marido me esperaba. Con un poco de vergüenza me dijo: «Disculpa, la señora del aseo no ha venido». Toqué el polvo sobre los muebles. Vi la canasta con ropa sucia. Me detuve ante los platos y sobras. Entré al baño. En el espejo inmundo estaba mi cansancio. Tomé mi maleta y caminé por Argomedo, en sentido contrario. 

Ana María Devaud Oberreuter, 67 años, Providencia.

Pimienta 

Más que para dar sabor, para caminar de noche. 

Marina Vega Cornejo, 28 años, Maipú.

Alerta

Voy en la micro sentada junto a la ventana con los audífonos puestos, pero con el volumen apagado. Alguien se sienta a mi lado, me tenso. Miro de reojo y suspiro aliviada: es una mujer. Le doy play a la música. 

Ana Mardones Quintana, 22 años, Melipilla.

Me quiero libre 

A media cuadra tras haber salido de mi casa me gritaron. Dos cuadras más allá un auto paró y desde ahí también me gritaron. Me subí en Santa Ana y sentí cómo unas

manos rozaron mi pantalón. Me bajé en Baquedano y vi cómo alguien miraba mi pecho. Fue un 8 de marzo, día en el que más que nunca empiné mi pancarta: “Me quiero libre”.

Fernanda Pérez Lagos, 20 años, Huechuraba.

8M

Le tomó las manos y le dio un beso en la mejilla. Miraba emocionada las noticias por la tele chiquitita que había en la cocina. Dio un respingo cuando se dio cuenta de que era la primera vez que no le pedía a su hija que se cuidara.

Josefina Onetto Nova, 20 años, Las Condes.