De Puente Alto a "Mi Nombre Es", Ignacio nunca imaginó que llegaría tan lejos en la competencia, pues su timidez casi lo frena de postularse. "Yo no quería por mi timidez, no me creía capaz de eso. Pero ahora aquí estamos", comenta con una sonrisa. Su familia fue clave en impulsarlo a participar, y hoy están emocionados de verlo en los escenarios haciendo lo que le gusta.
"Muy agradecido por el apoyo, nunca me esperé que a la gente le gustara tanto", añadió.
Su pasión por la música nació en casa, influenciado por su abuelo materno, quien, aunque ya no está, dejó un legado de recuerdos musicales. Desde pequeño, disfrutaba de karaokes con él, pero fue de manera autónoma que descubrió y se hizo fan número uno de Raphael, el artista que lo marcaría para siempre.
Más allá de la música, Ignacio es un apasionado de coleccionar cosas retro, su hogar es un pequeño museo de objetos antiguos, desde televisores hasta teléfonos y DVDs. También es un gran admirador de Chespirito, coleccionando discos y figuras del icónico comediante. "Me gustan mucho las cosas antiguas, todo lo que tenga historia me interesa mucho".
Su primer concierto en vivo lo realizó en el Teatro Palermo de su comuna, una experiencia que marcó un antes y un después en su carrera. "Fue una noche especial, tremenda, linda, hubo música, de todo, el público y yo soy feliz con eso". 
En cuanto a su conexión con Raphael, Ignacio siente que comparte más que la voz con el artista. Su manera de actuar y pensar en la vida lo han inspirado profundamente. Frases como "Digan lo que digan" y "Pa'lante, pa' tras ni pa' tomar impulso" han sido un motor para el desarrollo de su personalidad y lo que es hoy en el escenario.
El programa de TVN se ha transformado en un éxito de sintonía. A contar de este domingo vuelve la competencia donde los participantes seguirán luchando para convertirse en el mejor artista tributo del país.